Todos dicen que las bailarinas llevan un ángel interior. La verdad que yo creo que sí. Todas y cada una de las personas que decidimos hacer ballet lo hacemos porque amamos hablar con el cuerpo. Ese es nuestro ángel.
Muchos lo demuestran siendo dulces, otros teniendo una gran personalidad..carácter. U otros como yo, demostrando un espíritu de preocupación.
Hablar con el cuerpo no sólo significa movimientos perfectos, sino que también se trata de atraer al otro... invitar a otra persona a pertenecer a nuestro mundo. El mundo del arte, de la emoción, de la satisfacción.
Muchos opinan que la danza clásica es el mundo de gente que discrimina. Yo la verdad que no comparto con eso. Comprendo que digan que no toda la gente lo puede hacer, pero no todos los maestros son así. Yo admiro demasiado a mis profesores, siempre le dan el lugar a todas y cada una de mis compañeras. Nos exigen de la misma manera.
Volviendo al tema del ángel, yo siento que tengo un "ángel enfermo" en mí. Muchas veces me cuesta sacarlo, pero me subo al escenario, luzco mi sonrisa y con la mirada invito a cualquiera a pertenecer aquí. (Como digo siempre no creo tener la mejor sonrisa, aunque muchos digan lo contrario). Cuando bailo y sonrío, es una de las tantas maneras de reflejar lo mucho que disfruto del baile.
Esto sólo es una introducción, de este bello mundo. El mundo que te llena de una pasión inexplicable, una gran alegría a mi corazón.
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